El 28 de julio de 1984, en Los Ángeles, se realizaba la ceremonia de inauguración de la edición número 23 de los Juegos Olímpicos. Para Argentina, una edición especial por el contexto: después de ocho años, volvía a decir presente en el evento, tras ausentarse en Moscú 1980 por el boicot estadounidense. Y, además, apenas meses después de la asunción de Raúl Alfonsín como presidente, lo que marcaba el regreso de la democracia al país.
El contexto difícil del país afectaba también, lógicamente, al deporte, un área que ya venía de años de poco apoyo e inversión estatal, algo que se vio agudizado por los años de dictadura militar. Justamente, fue la Junta Militar la que decidió sumarse al boicot norteamericano en Moscú 1980, y no mandar deportistas argentinos.
Argentina y el agro: mejor en democraciaPese al regreso de la democracia, el deporte no fue una de las prioridades para el gobierno argentino. La esperanza de que la Ley del Deporte (N° 20.655), sancionada en 1974 bajo la presidencia de Juan Domingo Perón, fuera finalmente reglamentada, no se terminó cumpliendo; esto recién sucedería en 1989, ya con Carlos Menem como presidente.
Mientras tanto, los deportistas argentinos debían luchar contra viento y marea para poder llevar adelante un entrenamiento medianamente adecuado para las competencias internacionales. Apenas 83 deportistas argentinos compitieron en los Juegos Olímpicos de 1984, y al igual que ocurrió en Montreal 1976, la anterior participación, no hubo medallas para los representantes albicelestes.
Eso no significó, de todas formas, que no hubiera actuaciones destacadas. El ciclista Juan Curuchet, que 24 años más tarde sería campeón olímpico, debutaba en el certamen con apenas 19 años, logrando un muy meritorio quinto puesto en la prueba por puntos, llevándose un diploma olímpico. También obtuvieron diploma, por terminar entre los ocho primeros, otro ciclista, Marcelo Alexandre (en las pruebas de 1.000 m y 1000m contrarreloj); el remero Ricardo Ibarra, el seleccionado masculino de vóley, y el boxeador tucumano Pedro Décima.
Honrar la democracia, un homenaje a los patriotasAdemás del púgil, hubo otros dos tucumanos en esa delegación argentina: el tirador Firmo Roberti (nacido en Córdoba pero radicado en Tucumán hace años), y la tenista Mercedes Paz. “Mecha” hizo historia para el tenis argentino, ya que fue la primera mujer de nuestro país en participar en los Juegos Olímpicos, en el regreso del deporte al programa tras 60 años; el hecho de que fuera en calidad de exhibición no le bajó el precio, para nada, a la presencia de la actual capitana del equipo argentino de BJK Cup.
“Para mí fue el primer sueño cumplido. Cuando era chica siempre veía un programa que se llamaba “El deporte y el hombre”, donde mostraban todas las disciplinas olímpicas, y siempre mi sueño había sido poder participar de los Juegos Olímpicos. Me acuerdo perfectamente cuando me llegó la invitación; no podía creer”, recordó Paz, en diálogo con LA GACETA.
En la primera de sus tres participaciones olímpicas (en Barcelona 1992 lograría un diploma olímpico en dobles, junto a Patricia Tarabini), Paz tenía apenas 18 años. Meses antes, en pos de contar con mayores posibilidades, se había instalado en Estados Unidos.
La democracia, el péndulo y el estancamiento“El hecho que hayamos tenido que migrar marca que no había tanto apoyo acá. En el inicio de la democracia no había, todavía, tanto apoyo para el deporte. A partir de 1987, año en que se empiezan a hacer torneos WTA en el país, ya empezó a haber mucho más apoyo”, detalla “Mecha”.
Los resabios de la época militar no se fueron rápidamente del deporte argentino. De hecho, el presidente del Comité Olímpico Argentino que instauró la Junta Militar, el coronel Antonio Rodríguez, representante olímpico en pentatlón en Londres 1948, se mantuvo en su cargo hasta 2005.
A partir de Seúl 1988, la segunda edición de los Juegos con Argentina presente tras recuperar la democracia, la delegación nacional ganó medallas de manera ininterrumpida en todas las ediciones, incluida Tokio 2020, la última realizada.
La UNT refuerza su compromiso democráticoSin embargo, y pese a que, obviamente, la situación del deporte mejoró en comparación con los años de la dictadura, los deportistas argentinos todavía deben luchar día a día, en un país que, gobierne quien gobierne, no termina de asistir a los atletas de alto rendimiento de la manera en que debería. Problemas de infraestructura, poca inversión en las disciplinas menos trascendentes, son sólo algunas de las piedras en el camino de los deportistas argentinos, que pese a todo, logran obtener resultados destacados, pero no como consecuencia de la intervención estatal, sino por mérito propio.